DISCRIMINACIÓN LABORAL

Hace ya algunos años se incrementó la participación de la mujer en el ámbito laboral, es a partir de ahí donde se inicia el enfrentamiento hacia un nuevo reto que hasta el día de hoy, hasta estos tiempos de modernidad, sigue sin ganarse, este reto es la discriminación laboral.

A pesar de la lucha de las mujeres revolucionarias por acabar con el estereotipo de la mujer abnegada y sumisa, nuestro país sigue sin dar pasos verdaderos que demuestren que la equidad o igualdad de género están siendo considerados entre la población y los regímenes educativos, sociales y culturales, ya que la discriminación laboral es un problema latente en nuestro país.

Y bien, la realidad esta planteada pero, desde dónde surge esta idea o creencia, según nuestra cultura, aparentemente variable en tradiciones, es posible considerar que en la sociedad sigue enraizada la creencia de que el papel de la mujer es solo la maternidad y las cuestiones del hogar, es por esto que suena ilógico para nuestro país creer que una mujer sea capaz de realizar trabajos que requieran esfuerzo intelectual o donde sea necesario incursionar con situaciones de poder o de participación social.

Existe una frase que muestra claramente la falta de equidad de género, la cual seguro habrán escuchado o hasta alguna vez repetido, esta frase dice: “DETRÁS de un gran hombre hay una gran mujer”, pero como? , Porque detrás? Porque no a la par del hombre?, cuestión de cultura acaso?, de comodidad social, de apatía respecto al género o peor aún muestra de comportamiento misógino? . Pero lo peor no es solo repetirla o que alguna de las mujeres de nuestra sociedad lo haga, lo mas lamentable de todo esto es adoptar esta postura, creer que la realidad es así y que por lo tanto tenemos la obligación de soportar discriminación laboral, desigualdad salarial y hasta hostigamiento sexual.

Según lo analizado en clase se conoce que la igualdad de oportunidades en el mercado laboral para las mujeres en nuestro estado y en el ámbito educativo, sigue siendo un tema pendiente, pues el porcentaje menor está ocupado por este género y los puestos directivos y de mayor rango están ocupados por los hombres, siendo esto una visible inequidad de género, mostrando que las mujeres sufren de diferentes tipos de segregación y discriminación en el trabajo.

Existen cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) donde establecen que 40.6% de la Población Económicamente Activa (PEA) son mujeres, es decir 17.5 millones, 12% de la cuales ocupan puestos gerenciales; 3%, directivos, y sólo 1%, la dirección general de una empresa, mostrando nuevamente la desigualdad de oportunidades respecto al género para obtener puesto y salarios de mayor nivel, ya que estos son ocupados primordialmente por la parte masculina.

Entre algunos factores determinantes para que ese género no tenga acceso a mejores puestos y salarios está la segregación ocupacional, que consiste en que las vacantes que tradicionalmente son masculinas, o consideradas así, se les niegan a las mujeres.

Es importante seguir adelante, buscar opciones y soluciones para que nuestra situación cambie y ofrecer un mejor futuro en oportunidades laborales a generaciones que están por llegar, tomando como creencia primordial de que somos un género capaz, fuerte y con alto grado de competitividad.